miércoles, 4 de agosto de 2010

DECLARACIONES DE LOS TESTIGOS


Un testigo declara “que conoce a “El Sustos” y que una vez estallado el Movimiento fue uno de los que primeramente prestó servicios de armas, patrullas y controles… y haber intervenido en los primeros asesinatos llevados a cabo en esta capital el día 30 de julio de 1936 en las personas de dos Padres Redentoristas en compañía de otros cuantos individuos”. Otro testigo dice que “El sustos, el día 31 de julio de 1936 en compañía de los Vinagreros, El Guerra y otros que no sabía …. Vio como al ir por el camino que conduce a Cuenca desde la fábrica del “Batán”, y próximos al puente denominado de los Descalzos traían los referidos sujetos a dos individuos cuyas señas son uno con boina y el otro con gafas, recordando que uno de estos detenidos no llevaba camisa. Más tarde oyó los disparos que cree el que este manifiesta serían los que causaron la muerte a los anteriores individuos que llevaban detenidos”. Una señorita, testigo también de los acontecimientos declara: “que a últimos de julio de 1936 y en ocasión de que regresaba de vender los artículos producto de una huerta que cultivaban sus padres y al llegar a un sitio que hay cerca del Puente de los Descalzos, pudo ver que un grupo de unos ocho o diez individuos llevaba el mismo camino que ella. Que dicho grupo lo componía “El sustos” y otros milicianos armados de pistolas y escopetas y dos individuos que por la expresión que llevaban dedujo eran detenidos. Que siempre fue tras de ellos hasta llegar a un paraje que está en la senda que conduce a las huertas, encima de la fuente de Caquito, que allí se detuvo el grupo y entonces la dicente también se paró diciendo uno que la dejasen paso, que entonces echó delante la que esto declara y pudo oír que el Sustos a la vez que subía en dirección a la senda de las Angustias y por una cuesta que conduce a ella decía que se esperasen. Que al cabo de un poco tiempo la dicente volvió la cabeza al oír que el mismo Sustos desde una cantera que hay debajo de la senda de las Angustias les decía que ya podían subir lo cual hizo el grupo, que pudo precisar también que los hombres que llevaban detenidos en vez de subirlos por una senda les obligaron a hacerlo a través de las peñas y del terreno accidentado. Que cuando la dicente llegó a casa del Batán y se paró a conversar… oyó los disparos que sin duda alguna fueron los que ocasionaron la muerte a los pobres detenidos”. Y otro testigo dice que el día 31 de julio de 1936 se encontró a la anterior chica y le contó que vio que del grupo ya parado encima de la fuente del Caquito se destacaba como para buscar sitio para matar a los dos detenidos Sustos y su hermano. Que cuando ya venía por la carretera que hay al lado derecho del río, oyó los disparos que sin duda alguna fueron los que causaron la muerte de los dos individuos que llevaba el susodicho grupo. Que el que declara no tuvo reparo en acercarse después a ver si estaban los cadáveres o no y vio que precisamente estaban en la cantera que hay debajo de la senda de las Angustias. Que más tarde y con motivo de ir los guardias municipales a retirar los cadáveres se enteró que los asesinados habían sido dos padres redentoristas del Convento de San Felipe”.

(Archivo histórico de la Defensa de Madrid, Juicio Sumarísimo 1064 (Legajo 4131) instruido contra Crescencio Delgado Cañas; fols. 55 vto.-56)

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