miércoles, 6 de octubre de 2010

ÚLTIMAS NOTICIAS DEL H. ANICETO LIZASOAIN


Amanecía en este día de 6 de octubre por la plaza Mayor de Madrid. La cruzan don hombres vestidos de mono azul de miliciano; salen de la plaza por uno de los pórticos, bajan un puñado de escalinatas, bajan por la Calle de la Cava de San Miguel, cruzan la Puerta Cerrada y se adentran por la estrecha del Nuncio hasta el Caserón que hace de Nunciatura. Se entreabre la puerta, y se adentra hacia el interior. Ya dentro podemos verles las caras y cómo saludan efusivamente al P. Maximiliano Áriz; se trata de José Mª Ibarrola y su fiel compañero. En torno a la mesa José Mª cuenta con carcajadas el incidente de la Biblioteca.

- Menuda aventura.- ¿No pasaste miedo? – Le pregunta Maximiliano, vestido de sotana redentorista.
- Eso ni se pregunta. Mira mi indumentaria y saca conclusiones –Responde José María-. Por cierto, me acabo de enterar que Vicente Renuncio fue detenido el 7 de septiembre y llevado a la Dirección General de Seguridad.- Ahora se encuentra detenido en la Cárcel Modelo; está en la Galería 2ª, en la misma celda que el P. José Machiñena, que fue detenido el 14 de septiembre - Repuso el desconocido.
- ¿De los desaparecidos sabemos algo? –Preguntó Maximiliano.
Le contestó el desconocido: - He encontrado la ficha de un cadáver sin identificar que puede ser del H. Aniceto. – Saca un papel del bolsillo y lo lee- “En Chamartín de la Rosa, a las once y treinta minutos del día diecisiete de Agosto … se procede a inscribir la defunción de un desconocido de 30 a 32 años. Que fue hallado muerto en un descampado próximo al Camino Viejo del Cementerio; vestía americana y pantalón azul, camiseta blanca con iniciales A.L. calzoncillos blancos con iguales iniciales y calzaba alpargatas negras con suela de goma, sin calcetines. Falleció en el lugar indicado el día de hoy a las una horas, a consecuencia de hemorragia interna según resulta de la certificación facultativa y reconocimiento practicado, y su cadáver habrá de recibir sepultura en el Cementerio de esta Villa” (Registro Civil único de Madrid, Sección 3ª, Tomo 51-24, folio 254 vto., Nº 760).
- Por la edad resulta complicado que sea, pues el hermano Aniceto Lizasoáin tenía 59 años, pero es complicado saber la edad de los cadáveres – Responde Ibarrola. Se refugió en casa de Dnª Emilia Alcázar, donde estuvo desde el 19 de julio hasta el 14 de agosto; empleaba el tiempo en leer y rezar el libro de San Alfonso Práctica de amor a Jesucristo y en escribir sobre los acontecimientos que observaba en el Madrid revuelto de aquellos días. Se mostraba muy agradecido a la Sra. Hortelano. A los que le visitabamos nos decía: me encuentro bien y ya he ofrecido mi vida por Jesucristo”. Antes de salir de casa de Dña. Emilia quemó todos los escritos que le podían comprometer y dejó allí los libros piadosos y una estampa con una oración en vasco a S. Miguel. Al no poderse quedar en esa casa por el riesgo que corría, hablé con Dña. María Membiela y esta le buscó una casa junto a su pensión en la calle Larra; la dueña del piso se llama Lydia y es rusa.
- He estado preguntando –repuso el desconocido- y la tal Lydia me ha dicho que el día 16 de agosto se presentaron los milicianos para un registro, pero presentándose ella como rusa y dueña del piso, desistieron. La versión que da María Membiela añade algo más, que es que cuando ya se marchaban les dijo: "Tengo aquí un huésped que me entregaron 'ésas' (las Membiela) y que debe ser un fraile" (Declaración de María Membiela en Ricardo Colmenares, C.Ss.R., Residencia del Perpetuo Socorro en Madrid. Relación de los acontecimientos acaecidos al Carísimo Hermano Aniceto Lizasoaín. 26 de junio de 1952: Original en APRM., sec. Mártires, documento sig. 1100210/05) e inmediatamente echaron mano del Hermano. Éste les pidió que le permitieran entrar en el cuarto de baño; allí se puso a romper papeles que le podían comprometer, como era el diario que seguía escribiendo. Como tardaba en salir y oyeron ruido de papeles, los milicianos entraron violentamente en el cuarto de baño y todavía lograron coger algunos de los papeles que bastaban para la perdición de su autor. Que D. Enrique Castillo, que se hospedaba en casa de las de Membiela, desde el balcón, los vio salir y dice que el Hermano iba en mangas de camisa y con las manos atadas atrás; que entró en el coche, y parece ser que le llevaron a la checa de Bellas Artes o Fomento. Al poco tiempo volvieron los milicianos y D. Enrique les oyó decir que ya se los habían liquidado. También dijeron que le quitaron las 3.000 ptas. que llevaba consigo (Declaración de Enrique Castillo en Ricardo Colmenares, C.Ss.R., Residencia del Perpetuo Socorro en Madrid. Relación de los acontecimientos acaecidos al Carísimo Hermano Aniceto Lizasoaín. 26 de junio de 1952: Original en APRM., sec. Mártires, documento sig. 1100210/05). Al volver para llevarse a María Membiela a la Dirección General de Seguridad, le dijeron los milicianos "ya lo hemos liquidado" (Lucas Pérez, C.Ss.R. 4 Fichas sobre la persecución y la muerte sufrida por el Siervo de Dios Aniceto Lizasoaín Lizaso: Original en APRM., sec. Mártires, documento sig. 1105101. Ficha 3).
-Será necesario seguir investigando –Contestó el P. Maximiliano.
-Habrá que irse antes que haya milicianos por las calles, -Sugirió el P. Ibarrola.
Se despidieron y fueron saliendo de uno en uno por la puerta trasera, después de comprobar que nadie estaba espiando a la puerta.

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